SANANDO EL 2020: MENSAJE DE FUERZA Y AMOR PARA LA COMUNIDAD DE BALISTIKAL
La fuerza y la resiliencia hacen parte de los aspectos a trabajar y conseguir como humanidad, y la cuestión con estas virtudes es que no se pueden conseguir sin atravesar la perdida, el fracaso, los retos e inconvenientes. Como humanos no podemos trascender, ni alcanzar un mayor nivel de unidad y evolución sin enfrentar la dificultad y este año que poco a poco vamos dejando atrás es una gran muestra de ello.
El 2020 aunque ha sido tremendamente estigmatizado, ha sido el inicio (para algunos el desarrollo e incluso el final) de una gran maestría y aprendizaje a nivel colectivo. La cuarentena, el aislamiento y el temor que hemos enfrentado han servido bien su propósito de llevarnos adentro, física y espiritualmente para explorar la psique y emociones de estos cuerpos que tan afanada y descuidadamente ocupamos.
La mayoría de nosotrxs (quizás todes) tuvimos que bajar el ritmo y mirar lo que se oculta en la rapidez del día a día. Con la disminución las largas horas perdidas en el tráfico, con el cierre de los lugares para socializar, las fiestas e incluso comunidades académicas, las emociones y pensamientos que nos habitan dejaron de ser un aspecto del que podíamos fácilmente escapar para convertirse en lo central y esto a mi parecer ha sido tremendamente positivo.
Son muchas las quejas y pesares que podemos enumerar de este año, pero estos males serían siempre pocos en comparación con los cambios positivos que se sembraron y gestaron a través de este 2020. La sanación como todo proceso que involucre el flujo de la vida, es cíclica y dual. No se puede encontrar más luz sin haber atravesado la oscuridad, ni valorar la abundancia sin haber afrontado la carencia, de igual manera no podremos experimentar la grandeza sin antes haber fracasado, ni apreciar la verdadera felicidad sin conocer de la tristeza y el dolor.
Es por esto que termino éste año enormemente agradecida y con confianza plena en la vida, los movimientos planetarios, los seres de luz y todas y cada una de las personas que me rodean. Gracias a que me encontré frustrada pude aprender a fluir, gracias a que no se cumplieron mucho de mis planes me permití soñar más en grande y gracias a que me vi alejada de muchos de los seres que quiero aprendí a valorar y honrar más mis relaciones, el amor, cariño y apoyo que recibo de quienes me rodean.
Gracias 2020 por ser un maestro tan asertivo, aunque difíciles fueron tus enseñanzas a estas alturas no quedan dudas que nos hemos hecho más fuertes, humildes y compasivxs, a la misma vez que menos pretencioses y acelerades. Con un corazón lleno de gratitud esperamos tus término mientras nos abrimos a las nuevas enseñanzas que consigo traerá el nuevo año, 2021.
